Las dos ranas mendigas
como esfinges se quedan.
Una de ellas pregunta:
«¿Crees tú en la vida eterna?».
«Yo no» dice muy triste
la rana herida y ciega.
«Por qué hemos dicho, entonces,
al caracol que crea? »
«Por qué…no sé por qué»
dice la rana ciega.
«Me lleno de emoción
al sentir la firmeza
con que llaman mi hijos
a Dios desde la acequia…..»
Federigo Garcia Lorca – Libro de poemas: Los encuentros de un caracol adventurero